Antes de iniciar el proceso de certificación, la organización debe tener implementado un sistema de gestión. Se debe realizar una auditoría interna para garantizar que todo esté en orden y así cumplir con los requisitos necesarios para evitar la suspensión de la certificación.
Después de obtener la certificación, la organización estará sujeta a auditorías de vigilancia, generalmente dos, durante los tres años de vigencia. Estas auditorías aseguran que la empresa siga cumpliendo con los estándares de la norma.
Si durante las auditorías de vigilancia se detecta algún incumplimiento, es necesario implementar planes de acción correctivos para subsanarlo y así mantener la certificación vigente.
La falta de auditorías de vigilancia en el tiempo estipulado puede llevar a la suspensión o cancelación de la certificación. El plazo máximo es de seis meses, y si se excede, la certificación puede ser cancelada.
La suspensión implica la invalidación temporal o definitiva de tu certificado. Durante el período de suspensión, tu certificado no será válido y, además, está prohibido utilizar cualquier material publicitario que haga referencia a la certificación.
Otra causa común de suspensión es la existencia de no conformidades. Dependiendo de su gravedad y del seguimiento que les des, estas no conformidades pueden llevar a la suspensión o incluso a la cancelación de tu certificación. Existen dos tipos de no conformidades:
Este tipo de no conformidad implica que tu organización está incumpliendo un requisito crítico de la norma, lo que afecta directamente el sistema de gestión. Se considera un incumplimiento grave y puede comprometer la satisfacción del cliente o el producto/servicio que ofrece tu organización.
Aunque no afecta directamente al producto o servicio, se trata de un incumplimiento parcial que genera deficiencias en el sistema de gestión. Aunque es menos grave que una no conformidad mayor, tres o más no conformidades menores pueden ser consideradas como una no conformidad mayor si no se gestionan adecuadamente.
El auditor puede identificar áreas que requieren atención especial y que, si no se corrigen, podrían derivar en no conformidades. Se recomienda desarrollar un plan de acción para mejorar esos puntos y prevenir problemas futuros.
Existen varios enfoques para abordar las no conformidades. Tu organización puede utilizar herramientas como:
El análisis de causa raíz es una herramienta de resolución de problemas que ayuda a identificar la causa fundamental de los problemas. Al corregir las causas raíz, en lugar de solo tratar los síntomas, se evita que los problemas se repitan. Este análisis, cuando se realiza de manera constante, se convierte en un método proactivo, ya que permite anticipar riesgos y prevenir futuros incidentes.
Una vez concluido el análisis, es importante reunir al equipo involucrado para revisar los resultados y asegurarse de que la no conformidad no vuelva a ocurrir. Además, se deben identificar oportunidades de mejora para optimizar los procesos y fomentar la mejora continua.
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